Estas Navidades me encontraba en la puerta de un establecimiento comercial tratando de comprar desde la puerta unos artículos, sin entrar, puesto que había salido a dar un paseo con mi perro y no quise acceder a la tienda con él.

 

El amable vendedor que me atendía pasó a realizar el cobro de los artículos que me había entregado en la puerta cuando en ese momento se acercó a mi una niña de unos 3 años y me preguntó:

– ¿Puedo tocarlo?

 

– Claro – le dije yo-, si a tu madre no le importa yo te dejo, porque es un perro muy bueno.

 

– ¿Cómo se llama? – me preguntó la niña.

 

– Se llama Simba – le dije yo.

 

– Yo me llamo Elena y SOY VETERINARIA – me dijo entonces la niña-, acercándose a mi perro con una gran seguridad y decisión, y acariciándolo con una ternura como pocas veces había visto.

 

En ese momento la madre intervino con intención de aclarar algunos aspectos de la conversación y me dijo que a Elena le encantan los animales y que de mayor le gustaría estudiar veterinaria.

 

Bonita e inspiradora historia la de Elena y su madre. Parece que Elena, con tres añitos, tenía mucho más claro que su madre su futuro, o mas bien diría yo, su presente y lo que ya de hecho ES. La madre, sin ejercitar la escucha plena,  hablaba de lo que le gustaría estudiar, mientras Elena se estaba refiriendo a lo que siente que ya ES.

 

Y es que la declaración “Yo Soy” es una de las declaraciones más poderosas que puede hacer un ser humano. Es una declaración que lo cambia todo. No es lo mismo decir que de mayor “me gustaría estudiar veterinaria” que decir “soy veterinaria”. En el primer caso manifiesto una intención condicionada que me permite no cambiar nada porque habrá una serie de condiciones para que yo haga o deje de hacer. En el segundo de los casos digo lo que soy, y esa declaración implica que mi entorno, mi comportamiento, mis actitudes, mis creencias, mis valores y todo mi ser actuarán en consonancia.

 

Pocas personas son conscientes de que se puede elegir quién ser. De hecho, tú hoy estás eligiendo quien eres. Con cada acción, reacción, comportamiento… Y en mi experiencia, los grandes cambios vienen asociados a la elección de quién decides ser a partir de hoy. En mi tarea como Coach ayudo a las personas a tomar conciencia de quién están siendo, porque esta elección es la que está condicionando los resultados que obtienen. Y desde ahí, construir quién deciden ser a partir de ese momento. Y esa decisión lo cambia todo.

 

Y ahora te toca pensar un poco… te invito a que respondas:

 

En caso de que tengas hijos, ¿has escuchado de ellos alguna vez quién es? ¿Se lo has preguntado?

Con tu actitud, tu comportamiento, tu forma hasta de respirar ¿quién estás siendo?

¿Cómo te describirías en este momento de la vida?

Una vez hayas respondido, te animo a que te respondas ahora a la pregunta:

¿Quién quieres SER a partir de hoy?

Tu respuesta a esta última pregunta puede cambiarlo todo. No tengas miedo.

 

Quiero dedicar esta historia a Elena, que con sus ojos brillantes y con tres añitos es la veterinaria más especial que he conocido. Gracias por inspirar esta historia, Elena. Ojalá sigas siendo siempre Veterinaria, incluso cuando estudies y termines tu carrera.

Pulsa aquí si quieres profundizar sobre esto que te digo de la mano del profesor Rafael Echeverría que nos habla de lo que es el Coaching Ontológico.