En mi último post compartía contigo lo que he dado en llamar el “DECÁLOGO DE EQUIPOS FASCINANTES”. No es casualidad que ocupe un lugar destacado, en primera posición de 10, el hecho de tener un objetivo.
En mis sesiones de Coaching Ejecutivo suelo utilizar una pregunta poderosa: ¿Qué tres deseos me pedirías si fuese el genio de la lámpara maravillosa? ¿Adivinas la respuesta?… Diría que dos de cada tres no saben qué responder y del tercio que queda, casi nadie consigue completar los tres “deseos”.
¿Cómo es que nos cuesta tanto definir qué queremos? ¿Acaso es miedo al fracaso? ¿Es el miedo a coger las riendas de tu vida? ¿Es el miedo al rechazo o al famoso “qué dirán”? ¿Acaso es que tenemos todas sus necesidades cubiertas? ¿Es que no tenemos creatividad? ¿Es que hemos perdido la ilusión? Me viene a la mente en este punto la famosa frase de Marianne Williamson pronunciada por Nelson Mandela en su discurso de investidura como presidente de Sudáfrica: “Nuestro miedo más profundo es que somos inmensamente poderosos. Es nuestra luz, y no la oscuridad, lo que nos asusta…”
Sea lo que sea lo que te paralice para marcarte un objetivo, lo cierto es que tener objetivos concretos es de vital importancia. Dota de sentido a lo que haces cada día, a tu vida, te ayuda a gestionar tu tiempo separando claramente lo que te ayuda de lo que te separa de tu meta, eleva tus niveles de motivación y autoestima y en definitiva hace que salga la mejor versión de ti mismo.
Te pondré un ejemplo personal: Como la inmensa mayoría de los Españoles, siempre he tenido la intención de dominar el Inglés y llevo muchos años con este propósito y… sin resultados. Gracias a que me marqué como objetivo realizar sesiones de Coaching en Inglés antes del próximo septiembre para incrementar mi oferta de servicios, me vi en la obligación de tomar clases particulares, apuntarme a una academia, presentarme a un examen oficial de nivel, estudiar terminología de Coaching en Inglés y un largo etcétera. Sin un objetivo mayor, que diese respuesta a la pregunta para qué estudiar Inglés, no conseguía nada. Gracias a tener un objetivo, y un para qué, hoy cuento con un certificado oficial (B2 de Cambridge), he incrementado notablemente mi nivel y ya he realizado mis primeras sesiones de Coaching en el idioma de Shakespeare. Gracias también a haber trabajado duro, por supuesto.
El mejor modo de predecir el futuro consiste en inventarlo. Todo se crea dos veces, una primera creación en nuestra mente, y una segunda en la realidad. Todo lo que ha creado el ser humano ha seguido estos dos pasos. Me despido de ti con una pregunta: Si no sabes qué va ser de ti en el futuro, ¿para qué no lo inventas?
Quiero dedicar este post a mi profesora de Inglés Patricia Lin en agradecimiento a su colaboración. Patricia además de ser una grandísima persona es una impecable profesional que me ha ayudado a alcanzar mi nivel actual de Inglés. Estoy seguro que el cuarto hijo que está a punto de recibir es fruto de una primera creación mental que hoy se está haciendo realidad. Enhorabuena Patricia.
Deja tu comentario