Hoy son muchas las personas atenazadas por la sensación de miedo. Miedo al futuro. Se sienten vulnerables en su puesto de trabajo. Temen perder su empleo, si es que no lo han perdido ya, y los medios para sustentar a su familia. Esta vulnerabilidad suele alimentar la resignación a una vida sin riesgos y a proyectar nuestra propia responsabilidad en las acciones de los demás, culpándoles de lo que nos sucede y viviendo una vida de constante queja.
La responsabilidad de lo que nos sucede está en nosotros mismos, no en los demás. En la mayoría de las ocasiones, la falta de acción tiene que ver con nuestros propios miedos y la mejor forma de vencer los miedos es enfrentarse a ellos.
Yo tenía verdadero pánico a hablar en público y descubrí que la única forma de vencerlo era enfrentándome a él y hablando en público tantas veces como oportunidades tuviera.
Quiero dedicar este artículo a mi amigo Fernando Gonzalo, seguidor de este blog y gran persona, que ha tenido la valentía de, tras pasar una temporada por el desempleo, enfrentarse al miedo y la próxima semana abrirá un nuevo negocio en Guadalajara.
Recuerda: No culpes a los demás de lo que te sucede. Pasa a la acción y vence tus miedos enfrentándote a ellos.
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